Patea como niña!
Así gritó un niño pequeño en el estadio, por supuesto que según el estaba insultando al jugador comparándolo con una niña. No soy feminista, tengo claro que no somos iguales, pero me hubiera encantado contarle esta historia. Se quebró el pie dos veces, la clavícula una vez y no recuerdo que ella haya pensado dejar de practicar karate. Le apasionaba y lo hacia bien. Por supuesto que lloró muchas veces, algunas de dolor fisico y otras mas por dolor a la pérdida. Debí haber visualizado que estaba viendo como se formaba una niña que ahora es fuerte por fuera, pero mas por dentro, y aun así continúa siendo la niña con el corazón más blando que conozco. Asi como me senté por años en la banca del gimnasio para verla combatir o para animarla cuando las cosas no habían salido como ella deseaba. De la misma manera desde mi "sitio" como espectadora que soy de su vida, estoy lista para acariciar su corazón, escucharla o aconsejarla. Mi pali!