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Mostrando las entradas de julio, 2017

La vida es un baile

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Ojalá la vida fuera como en una fiesta, en la cual uno decide qué desea bailar y en qué tipo de música no participar. La vida real no es así, más de una vez he escuchado a la gente decir: "soy tan feliz, que me da miedo ".  Y es que la vida te cambia de tonada en el momento menos pensado. El destino puede parecernos un mal mezclador de música, en cuanto está en lo mejor de la fiesta, se le ocurre cambiar al ritmo que resulta ser el menos agradable para ti, o por el contrario, cambiar a tu género favorito cuando has soportado ritmos atroces. En una oportunidad me inscribí a clases de baile, y fueron un verdadero reto para mi.  En ese momento me di cuenta que hay gente que tiene  la habilidad de acoplarse rápidamente a diversos ritmos. Bien por ellos!!! No nos queda más que ir agarrando el ritmo y disfrutar el baile.  Pero no te acostumbres a la tonada,  en cualquier momento vuelve a cambiar.  Para bien o para mal.

Siempre vuelven

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Para mi todo son los libros, así que hace ya un par de años  me leí uno que se llama así: "Los hombres, a veces por desgracia siempre vuelven" Hay excepciones a la regla, claro que las hay.  Pero por lo general vuelven a tu vida.  Ya sea que el destino les haga coincidir o ellos impulsados por no se qué, deciden  irrumpir en tu vida. Les comparto algunas de mis hipótesis. A). El ego masculino los hace preguntarse si fuiste capaz de conseguir algo mejor que EL. B). La curiosidad de saber si seguis siendo la mujer tan linda que EL tiene grabada en su mente. C). Recordar buenos tiempos. D). Nunca te pudo olvidar y quiere una genuina oportunidad. El  libro es como una venganza femenina, para que el hombre al regresar a tu vida, se retuerza de arrepentimiento.  Diré que cuando sacaste finalmente un hombre de tu corazón, te vale un pepino rebanado su vida, o si se consiguió una pareja más guapa o con mejores atributos. Gracias a Dios por hacerme mujer....

El nudo de la corbata

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Acabamos de ver una película en donde un  adolescente está junto a su tía aprendiendo de un vídeo, cómo hacer nudo de corbata. Los tres nos sentimos identificados porque esos fuimos y somos nosotros,  los que hemos recurrido a la tecnología para ayudarnos a hacer cosas que no son necesariamente nuestro rol. La primera vez que nos tocó hacer nudo a la bendita corbata, me dio una mezcla de rabia con impotencia, la cual duró hasta que  se nos alumbró  el foco y recurrimos a YouTube. Y no digo que todo lo tomemos tan fresco, como si nada pasara... algo pasa, y tenemos todo el derecho de sentirnos impotentes y con rabia. Los años pasan y será una anécdota el cómo mi hijo aprendió a hacer el nudo de la corbata, probablemente le cuente a la novia que vivió junto a dos mujeres chispudas que aprendieron a sortear la vida. Y por favor no interpreten mal este blog, no se trata de víctimas y culpable. Más bien de solucionar con lo que SI contamos.

Tu, yo, ellos FELICES

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Tengo la escena en mi cabeza, tu de piloto, yo copiloto por supuesto, y atrás ellos dos.  Los vi durmiendo en el carro después de unas vacaciones familiares y te pregunté: Sos feliz?  Sí!!!! contestaste y yo me respondí soy feliz.   Después supe que  tú ya no lo eras, pero yo si. Tenía todo lo que quería ahí mismo en ese automóvil. Ahora desde la comodidad de mi cuarto le gritó a mi hija: Sos feliz mija? Y ella contesta, si mamá, y yo me vuelvo a responder: soy feliz. La frase es de León Tolstoi, pero hace tiempo la hice mia. "mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo". Me culpé  mucho tiempo por no haberte hecho feliz, hasta que entendí que tu felicidad no dependía de mi.  Era tu decisión. Y podemos buscar excusas para no ser felices pero es mejor buscar razones para serlo.