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Mostrando las entradas de mayo, 2018

De 22 años

Los papas deseamos que nuestros hijos sean más que nosotros, lleguen más lejos, sean más prósperos y siempre MAS Yo la veo a sus 22 años y mi corazón se hincha en una mezcla de orgullo con ternura.   No es perfecta, ni siquiera cerca de serlo, pero es sin duda  la hija destinada para mi. No es mi mejor amiga, ni yo pretendo serlo para ella.  No quiero saber todo de su vida, ni quiero estar presente en todas sus actividades.   Quiero que vuele y ella sabe que lo único que deseo es que sea inmensamente feliz y que luche por serlo. Por ahí leí que uno debe procurar que los hijos vivan SU vida y que esta no sea una fotocopia de la nuestra,  así que no puedo evitar  recordar que yo a los 22 años ya sabía que iba a ser mamá y que estaba pronta a casarme. Estuvo bien, más que bien mi vida a esa edad, pero la vida de ella me encanta. Felices 22 mi amorcito

Ella

Últimamente la escuchó cada vez más a menudo contarle a la gente sus logros del pasado, un poco por orgullo y otro poco para no olvidarse de la mujer que fue. Yo tampoco quiero olvidar que mi mama no es únicamente la señora de siete décadas que me cuenta las cosas más de dos o tres veces, no quiero olvidar que mi mamá  es mas que a la mujer a la que le debo hablar recio o repetirle la conversación de los demás, mucho menos quiero olvidar que ahora procuro estar para ella, pero que ella siempre ha estado ahí para mi. Quisiera que mi mamá  fuera tantas cosas, que hiciera otras más,  por supuesto que dejara ciertas costumbres, que se preocupara por menos situaciones y que tuviera más amor y paz  en sus días; de seguro ella quisiera otras tantas cosas para mi vida también. Quiero recordar que estamos viviendo en dos ritmos de vida diferentes, que las noticias que para mi son "nada" , ...

En piel ajena

Desde la comodidad de la butaca de espectador  se nos facilita juzgar la vida de los demás y hasta opinar que hubiéramos hecho nosotros si estuviéramos en su posición. Y o en su lugar hubiera hecho, dicho,  yo no hubiera permitido tal cosa, etcétera.  Lo ideal sería que aprendieramos de los desaciertos del prójimo.  Pero  el método de aprendizaje de la vida es un poco mas complejo. Bien dicen  que nadie aprende en piel ajena,  hay que estar viviendo la situación en cuestión para poder asimilarla y resolverla de la mejor manera posible. A mi la vida me ha colocado de pitcher y también de catcher,  de cara y de escudo,  porque así es la vida, bastante caprichosa diría yo.  Les voy a confesar que  aprendí  que no todo es blanco o negro, que no siempre existe solo una verdad y que la vida no tiene que ser tan rígida.   Ojala y seamos ca...