En piel ajena
Desde la comodidad de la butaca de espectador se nos facilita juzgar la vida de los demás y hasta opinar que hubiéramos hecho nosotros si estuviéramos en su posición.
Yo en su lugar hubiera hecho, dicho, yo no hubiera permitido tal cosa, etcétera.
Lo ideal sería que aprendieramos de los desaciertos del prójimo. Pero el método de aprendizaje de la vida es un poco mas complejo.
Bien dicen que nadie aprende en piel ajena, hay que estar viviendo la situación en cuestión para poder asimilarla y resolverla de la mejor manera posible.
A mi la vida me ha colocado de pitcher y también de catcher, de cara y de escudo, porque así es la vida, bastante caprichosa diría yo.
Les voy a confesar que aprendí que no todo es blanco o negro, que no siempre existe solo una verdad y que la vida no tiene que ser tan rígida.
Ojala y seamos capaces de ganar el examen a la primera oportunidad, o de lo contrario nos veremos envueltos en más situaciones similares que nos lleven al aprendizaje.
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