Culpita

Deduzco que fui una niña educada  con el sencillo método ese de culpables y castigos.  Es por eso que echarme la culpa cala muy rápido en mí.

Digamos que la primera vez que me la tomé muy a pecho fue obviamente cuando me separé.  Me echaron la culpa o escuchaba a la gente decirme, cuando hay un divorcio la culpa es de las dos partes por igual.   (No estoy de acuerdo, pero ese será tema de otro blog)

Y entonces ahí estaba yo, dándole mil vueltas a todo lo que según yo pude haber hecho mal, todo lo que era mi culpa. 

Fue una época  dramática, pero es que la culpa es una emoción muy fuerte y dañina. 

Con el tiempo acepté que si tuve responsabilidad, pero que no fue mi "culpa".  Que pude haber reaccionado mejor en algunas situaciones, pero que hice lo mejor que pude en ese momento.

Y así voy por la vida, tratando de reconocer que me equivoco todos los benditos días, porque soy completamente imperfecta.  Pero eso sí, procuro aprender de cada error para en lo posible no volver a cometerlos.

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