Y los días transcurren
Si alguien me hubiera advertido, si yo pudiera advertir a todos los que tienen aun a sus papas.... luego recuerdo que únicamente aprendemos de las vivencias propias.
La rutina ha vuelto a mis días, ha inundado de banalidades mis pensamientos, mis actividades y mi vida. Gracias a eso he sido capaz de volver según yo, en mi ingenuidad a planear mi futuro, ese que ahora me parece más incierto que nunca.
El tiempo no ha sido benevolente con mi dolor, no se pausó para que yo pudiera “reponerme” de esta perdida, así que estoy en la tarea de aprender a vivir con la ausencia de mi papa en mis días.
Mi vida no volverá a ser lo que un día fue y gracias a esas pequeñas o grandes pérdidas aprendemos, ojalá a vivir mejor.
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